Las válvulas de aire de A.R.I. para aguas residuales han sido especialmente diseñadas para funcionar con líquidos que contienen partículas sólidas, tales como aguas servidas, efluentes y fluidos que pueden provocar la acumulación de sustancias químicas. En la válvula se crea un espacio de aire que separa al líquido del mecanismo de cierre hermético, con lo cual se asegura una óptima operación.